miércoles, 24 de octubre de 2007

Entrevista a Francisco Wuytack


Son más de 40 años los que han pasado desde su llegada a Venezuela, y muchas cosas han tenido que cambiar para reunirnos otra vez con el padre Wuytack. El motivo del encuentro ha sido la exposición Romper fronteras, que reunió por los meses de agosto y octubre de 2006, en el Museo “Jacobo Borges” de Catia, una amplia muestra de la escultura de bronce de Wuytack, y que también nos ofreció pinturas, dibujos, fotografías, poesía, e incluso algunos cuadernos y papeles políticos de movimientos de lucha popular que él impulsó y conformó junto a las comunidades de La Vega y Antímano en aquellos duros años marcados por la represión y la violencia. Una extraordinaria, profunda y humanista exposición que ha dedicado a los barrios de Caracas.

Así es como lo hemos conocido, compartiendo en algarabía con las comunidades y barrios de Caracas. Plantados en el joven tiempo de este siglo que se inicia, donde el pueblo cálidamente ha vuelto a recibirlo y estrecharle su febril mano para participar y disfrutar del goce que dispara en nuestro espíritu el arte.

Una tarde llena de música, de niños y gentes de todas las edades, de esas que nos acostumbra ofrecer el Parque del Oeste, observado por las faldas del Ávila y las cumbres del 23 de Enero. Lejos ya de la hostilidad, la persecución y la represión que sufría el país, y de la cual él fue blanco, pues todo intento de poner en marcha la organización de los barrios y de empujar la conciencia y la unión de la gente era un arma liberadora que lógicamente no podía llegar a las comunidades pobres, excluidas y explotadas de Caracas; menos aún, esa tarea podía ser realizada por un sacerdote de la Iglesia Católica y además extranjero.

En el año 1970, cuando fue expulsado del país a manos de la jerarquía eclesiástica y el gobierno del entonces presidente Rafael Caldera –tiempos en que, quizá más que nunca, gobierno e iglesia católica se confundían y aliaban tras el dominio del poder político, empleando sutilmente el control psicológico, espiritual e ideológico a través de la religión–, se le acuso de politizar el Evangelio, de cura comunista, e, incluso, por su nacionalidad belga, de inmiscuirse en asuntos de la política nacional, en asuntos propios y “exclusivos de los venezolanos”. Luego, cuatro años más tarde, habiendo regresado al país, en la clandestinidad de la guerrilla urbana entre Petare, la Vega, Carapita y Antímano, el gobierno del entonces también presidente Carlos Andrés Pérez nuevamente lo expulsa del país por razones similares.

Con su visita reciente y acompañando su increíble exposición, se ha publicado un valioso libro que recoge su vida, Francisco Wuytack, la revolución de la conciencia. Luis Angulo Ruíz, autor de este libro, nos muestra de novedosa manera, en una narración testimonial a varias voces, la dimensión del personaje que, sin duda, llega a sobrepasar nuestra capacidad de asombro.

Llega al país en el año 1966 en misión sacerdotal y religiosa, formando parte de la corriente de los curas obreros que había surgido en Europa como una alternativa al dogma de la Iglesia Católica, proveniente de un barrio de obreros en una pequeña ciudad de Bélgica llamada San Nicolás. Desde temprano tuvo que compaginar sus estudios de teología y filosofía en el seminario de Gantes, y luego una rápida pasantía por Sociología en Lovaina, con el trabajo de estibador en los puertos.

Desde un puerto de Bélgica llegó al puerto de la Guaira, remontándose poco a poco a Caracas, cruzando primero Caraballeda y luego adentrándose por los caminos y escaleras de La Vega hasta llegar finalmente al barrio El Carmen.

Allí, ya entrado el año 1967, fue conocido desempeñándose como cura en la capilla del barrio El Carmen. Esa capilla pronto se hizo escalera, calle y callejón; vereda, cerro y comunidad.

Luego de su expulsión sobrevinieron años de dedicación al estudio y práctica de la escultura en Bélgica, de reencuentro con el pasado en el puerto de Amberes y el quehacer del hombre estibador. Años de huelgas y de importantes luchas obreras en Europa. Así, memoria de esa increíble travesía que ha sido su vida, la obra del padre Wuytack está con la gente de Caracas que desde entonces no lo olvida. Toda su lucha habla ahora en clave de bronce, un diálogo político y humano a través de la escultura. El bronce maleable se mueve y avanza, se retuerce y se contorsiona asimilando la incongruencia y el desatino de la existencia humana sufrido a través de la historia, expresando finalmente anhelos de libertad.

Nada quizá pueda ser mejor expresión del florecimiento de un pueblo que ha ganado su libertad y vela día a día cada vez más por su concreción, que el bronce andante de Wuytack, el cual es forjado bajo el fuego y el calor del gran barrio de Caracas, y que recoge y hace eco al unísono de una voz universal que es el grito de los oprimidos del mundo.

Por aquel mes, la exposición y las puertas del museo se encontraban abiertas a los visitantes, nos acercamos hasta allá y hablamos unos minutos con Francisco, debimos esperar un poco pues mucha gente había venido a saludarlo y se acercaban constantemente para hablar con él. Le propusimos la idea de conversar y realizar una entrevista para la revista, e inmediatamente acordamos vernos a la semana siguiente.

De aquel grato, fraternal y provechoso nuevo encuentro son producto estas páginas que a continuación ofrecemos. Un tema y preocupación atraviesa la conversación: encender y despertar la sensibilidad y la conciencia humana para hacer frente a la degradación, la mercantilización y embrutecimiento que la sociedad y el orden capitalista cierne sobre los hombres. La escultura y la obra artística de Wuytack constituye un verdadera síntesis de todo esto; desagrega y desnuda el duro rostro de la moderna e industrial sociedad de nuestros tiempos, y cuando reúne y recompone nuevamente los hechos y los acontecimientos, a medida que el bronce va cogiendo y cobrando su forma en la obra, ya ha sublimado anidando en el interior de su cuerpo: la sensibilidad, la inteligencia, el amor y la pasión, la rebelión y las posibilidades. Reconstituir y devolver esos preciados poderes a los individuos quizá sea la mayor revolución posible.

Pudimos entretejer por varias horas un dialogo político rico y extenso, que pasaba rápida e imperceptiblemente de su palabra franca, sencilla y reflexiva, al lenguaje poética y artístico de toda la escultura que nos rodeaba en el museo.

Nos invitó a recorrer las obras mientras con su despreocupado e imperfecto castellano nos hablaba. Al inicio del recorrido, se detenía en una de sus obras y nos decía: en la Biblia hay profecías, pero yo creo en una profecía, es la profecía de los pobres, porque ellos deben de anunciar la nueva sociedad...

FRANCISCO WUYTACK, el cura estibador
La defensa de la humanidad

I
La profecía de los pobres.


Pero ahora tenemos a mister Bush que utiliza el cristianismo y dice que habla con Dios. Tal vez porque no puede hablar más con su mujer habla con Dios. Yo tengo la impresión de que están perdiendo. Mucha gente dice: ¡Oh, los americanos! Es un tigre de papel, como ha dicho Giap en el año 1964, cuando los norteamericanos en el golfo de Tonkin han dicho que les habían destruido un barco.

Tiene algo que ver con eso, porque el Señor Bush y el imperio norteamericano se han apoyado en la oligarquía y en cierto “cristianismo”. Entonces he estado pensando que, así como el imperio romano estuvo en decadencia ellos también lo están ahora. Como ha dicho Giap, el general Vietnamita: es un Tigre de Papel. Norteamérica es un tigre de papel.

Pero cada quien dice: ¡Oh! ¡Y sus bombas atómicas y sus aviones! Un Tigre de Papel. El Reich, el reino de mil años se cayó en doce años, así va a ser con todos los capitalistas.

Estaba soñando… Tal vez dentro de algunos años van ha decirme, este Francisco es un mentiroso, pero esta es sólo una opinión, un sueño que tuve. Yo soñé que en el año 2009 va ha ser su final, y 2009 no es mucho, ¿eh? Por eso arriba –Francisco Wuytack se refiere a una de las obras que comprende la exposición Romper fronteras llamada “La Historia de los oprimidos”- hay una cruz junto con la historia de los explotados. Y el rostro que está en la mitad no es un cristo, es la cabeza de un hombre y se ve romper fronteras. Y de él es la resistencia, es la responsabilidad, es la organización, la solidaridad, la conciencia, la revolución.

Pero en su cabeza está escrito 2009, porque yo pienso siempre que en el 2009 va a ser un golpe duro. No sé cómo va a ser, pero tengo una intuición. Cada quien puede tener sus intuiciones, pero no pienso que voy a equivocarme, es un tigre de papel.

Y la lucha va venir no de afuera sino por dentro. Treinta y tres millones de latinos que viven por allá en Norteamérica. Todos estos obreros que son yanquis y que no están al lado de Bush, pero que están de nuestro lado, debemos tenerlos a nuestro lado. Michel Moore, toda esta gente progresista no está a lado del capitalismo, debemos ver muy bien para tener una estrategia universal. No todos los venezolanos son revolucionarios, hay en el este también algunos otros. Debemos tratar de ver muy bien el panorama de la revolución para tener una buena estrategia, sin eso luchamos los unos contra los otros.

-La religión ha estado ligada y ha sido expresión del poder, ha justificado la esclavitud antigua y la servidumbre medieval, así como justifica, según la oportunidad lo exija, la opresión sobre el proletariado moderno. Si al parecer Evangelio y Capitalismo son como agua y aceite, ¿Evangelio y Socialismo?

Sí, es normal. Son hermanos.
Sí, el Evangelio… Yo recuerdo a mi abuelo. Era un socialista muy ferviente que participó en la primera huelga contra el Capitalismo, en Bélgica, por el año 1917, y a donde enviaron obreros de Inglaterra para trabajar, para boicotear y hubo una lucha terrible. En la casa en Bruselas estaba escrito: Cristo fue el primer socialista.

Cuando yo llegué, en los Paraparos, el barrio el Carmen, hubo procesiones. Mucha gente andaba con una botella de ron en las manos y bebían, pero yo participé. Y muchos curas, muchos que leen la Biblia y la enseñan me decían: ¡Pero Francisco, usted está loco! ¡Esto es atrasado! ¡Eso no es Fe!, etc. Yo digo, para mí es Fe, porque la gente está unida.

Yo estaba en Cuba y allá hay una religión africana, los santeros. Y entonces ellos me invitaron a bailar, y yo bailé ¿Por qué no? ¿por qué no voy a bailar con esta gente? Nosotros queremos ser el mismísimo Dios e imponernos, pero la primera cosa que demos pensar es ¿cuál es la intención de este pueblo y hasta donde puede llegar ella?

El cristianismo muchas veces quiere convencer o convertir a otros, pero no debemos convertir a ninguno, ese es mi sistema y mi opinión. Cuando yo llegué, en el barrio El Carmen no quise convertir a nadie. Sí; cuando hay diálogo es normal. Usted dice los puntos del marxismo, esos son fuertes. Éste dice del existencialismo. Yo digo, por ejemplo, del Evangelio. Eso es una mezcla. Así -¿comprende?- andamos juntos. Creemos que el pueblo debe andar junto.


II
La noche de la libertad.
El poder económico y militar empleado en la dominación del hombre.


-Ahora, si bien tú haz nombrado que hay un poder hegemónico, que en este momento es el Imperio Norteamericano, en esta sociedad del capital, también es cierto que existe un capital universal, hay también otros imperios que quizá sean menores, pero que igual tienen poder y fuerza y compiten entre sí ¿Cuál es tu opinión en relación con estos otros capitales que están detrás del capital Norteamericano, que luchan por acceder y tener parte de este poder hegemónico, que muchas veces no advertimos?

Sí, es una ruina, porque es ésa exactamente la lucha de los obreros en Bélgica y en Europa. Hay una tendencia económica y una tendencia social, una Europa social y una Europa económica, ¿comprende? Eso es una lucha durísima, porque, ¿sabe?, la voz de la Europa económica son las multinacionales y son precisamente ellas las que dan trabajo. Y si yo le doy trabajo bien remunerado, usted va a tomar voz para apoyarme.

Ese es el problema, se está enmascarando de tal forma la realidad que la gente pierde el sentido crítico, se pierde muchas veces porque no se tiene conciencia y entonces tampoco se tiene voluntad para nada: ése es el caso de los franceses, los alemanes, los belgas, cualquiera de ellos. Sí; un pequeño país como Bélgica, pero que también juega su papel porque tiene sus multinacionales, y las multinacionales sobresalen y sobrepasan las fronteras, y no podemos controlarlas: son mucho más potentes que los gobiernos mismos.

Pero mire, los rusos tienen yo no se cuantas bombas, Estados Unidos tiene todavía más bombas atómicas. Ellos mismos pueden destruir la tierra 15 veces y de eso estamos ya seguros, 15 o tal vez 25 veces… y entonces estaríamos aun más seguros. Los franceses tienen 350 bombas atómicas, Inglaterra lo mismo. ¿Para qué? Los judíos han diseñado también 200 bombas atómicas, ¿para qué?, ¿para ser los guardianes?

Y así cada quien quiere tenerlas porque es un estandarte: la bomba atómica es un estandarte. India tiene su bomba. Tienen ya un cohete que puede transportar una cosa atómica 15.000 km sin detenerse, una cosa indetenible. Para decir que tienen el poder. Cada quien quiere ser el mismísimo poder. Pero todo ello es un tigre de papel, un tigre de veneno que está exactamente al lado del capital.

He hecho, movido por toda esta verdadera tragedia, “La noche de la libertad”, y también está arriba junto con las demás obras. En ese fusil hay todavía una bala por dentro, la encontré a 50 Km de mi casa, allá era la última gran batalla de la primera guerra mundial. En dos días 200.000 jóvenes como ustedes murieron en esa batalla, en nombre del emperador, en nombre de la reina, en nombre de la capital; eso era, en nombre de eso. Porque muchas veces nos dicen: ¡Ah, sí, las religiones son el origen de guerra! Posiblemente…; pero la segunda guerra no era una guerra de religiones, la primera tampoco lo fue. La guerra mundial, sus razones son las mismas que han estado en Irak y en Turquía. En Turquía quemaron 111 pequeños pueblos Curdos. La religión, la nacionalidad o la raza son cosas que se utilizan para velar el verdadero trasfondo, las auténticas razones. Todo esto es utilizado. Pero el gran origen de toda esta tragedia, hoy y siempre, es el capital.

Recuerdo también por los fusiles… Mi abuelo ha estado en la primera guerra mundial. Pero, poco antes, en medio de un movimiento socialista muy grande habían acordado romper los fusiles. En 1907, en Stuttgart, Alemania, hubo el primer encuentro socialista europeo; entonces los obreros y los dirigentes de Alemania habían dicho: ¡Ningún obrero alemán disparará una bala hacia un obrero francés! Pero 7 años después comenzó la primera guerra mundial. Para que veamos cómo el capitalismo, con la desinformación, puede llevar y conducir a la gente a matarse entre sí, cómo puede esconderse en nuestra propia piel y ponernos a pelear entre nosotros mismos.

Por eso debemos eliminar y quitar todas las armas. Yo soy en tal sentido un poco ingenuo y tal vez simplista, pero, ¿bombas atómicas? Tengo algo en mi corazón contra las bombas atómicas. Como Sartre ha dicho: la bomba atómica es y va en contra de la democracia, y es verdad porque un rico con una bomba puede apagar todo. Esto nos cuesta demasiado. Necesitamos otras cosas. Escuelas, más hospitales, salas para bailar; eso es mucho mejor que bombas atómicas.

Pero estoy plenamente de acuerdo. Debemos luchar de la misma manera junto con la clase trabajadora europea. En Francia, en Inglaterra, en Bélgica, en Japón (allí va a ser mucho más difícil porque tienen otra mentalidad). Cuando trancaron con nosotros los astilleros de barcos, se fueron por Japón, porque allá la mañana comienza y los obreros cantan, cantan una canción por el patrón, una canción para comenzar a trabajar. Tienen otra mentalidad; no queremos decir que está mal, porque cada obrero y cada ser humano merece respeto, pero pienso que allá la situación es todavía más complicada, tienen menos sentido de lucha que en Europa o que aquí.

-Frente a esta realidad y este mundo invertido en que vivimos, donde Bush eleva como su bandera el discurso de la democracia y la paz, con medios de comunicación que se encargan de enmascarar el auténtico trasfondo económico que casi todo lo controla ¿cómo advertir tanta mentira y tanto fetiche?

Pienso en la conciencia, como lo ha dicho el Che. La conciencia se logra en la lucha. Luchando se vuelve uno más consciente. Lo he visto muchas veces en huelgas. Personas que no estaban apartadas pero tampoco muy entusiasmadas, y hubo una huelga y participaron y cambiaron. No se trata de dar un catecismo. Se ve la realidad cuando nos enfrentamos con el verdadero capitalismo. Porque yo puedo leer en mi periódico que el capitalismo es tal y tal cosa, pero cuando lo vemos, cuando tengo que afrontarlo, entonces se descubren los verdaderos resortes que dominan exactamente para esclavizar, y pienso que el Che ha visto eso.

Me parece que es muy importante desenmascarar siempre al capital desde diferentes partes, como usted me dice. Francia, sea donde sea, donde hay una mentalidad que lucha. Francia tiene una clase obrera muy fuerte, pero eso no quiere decir nada, porque esto es algo como el mar, se retira, va y viene como un oleaje. Muchas veces, cuando trabajamos en los barcos hemos sufrido, teníamos una huelga y sacaban a todos los delegados de los obreros; luego de eso, sobrevenían años de tranquilidad porque no había representantes. Ahorita no pueden hacerlo más, porque los delegados son defendidos, no pueden sacar a cualquiera así no mas. Pero hay también un peligro: hay muchos que quieren ser delegados porque saben que no pueden perder su trabajo, ¿comprende?. Hay dos cosas, parece que están ahí siempre, el ser humano es complejo: a veces el ser humano es muy combativo y cuando es delegado deja de serlo porque tiene trabajo seguro.

Por eso la conciencia, la conciencia sale de la lucha pero también del diálogo. Porque el que se mete por allá y no está muy convencido no es que está mal, no está al lado del capitalismo, pero debemos dialogar para que esté al lado de nosotros. La conciencia de la lucha debe ser tan fuerte para que este tipo no vaya a correr al otro lado. Eso es muy importante.


III
El salario del miedo.
Solidaridad y unión entre los trabajadores.


-¿Frente a los imperios que se multiplican y acrecientan, tendríamos que globalizar o universalizar la lucha del modo que lo hace el capital?

Ellos tienen una movilidad que nosotros no tenemos. Recuerdo una vez en mi pueblo. Allí hay un puerto con muchas fábricas metalúrgicas, con 7000 obreros, y también la empresa de gasolina Texaco de los norteamericanos. Los obreros se habían ido a huelga no solamente por sus remuneraciones, también por la salud y la seguridad social. Estaban en huelga y por casualidad vino el yanqui, el jefe norteamericano iba a abastecerse de gasolina para sus aviones. El yanqui fue y la gente gritaba ¡Yanqui go home! ¡Yanqui regresa a tu casa! Pero el yanqui regresó a su casa, tomó toda la fábrica y la metió en Inglaterra.

Por eso, cuando nosotros hemos tenido la huelga en Amberes con más de 12000 obreros, la primera cosa que hemos buscado era hacer y estrechar una solidaridad entre los obreros de Europa. Me fui con un grupo a Rotterdam, uno de los puertos más grandes de Europa. Me fui a Londres; me fui a Hamburgo y dijimos: ¡No aceptamos los barcos que quieran descargar aquí! Y esto era muy difícil, porque mientras permanecía la huelga, desviaban los barcos 200 o 300 km más allá, a Rotterdam. Pero allá también lo hacían: ¡No aceptamos los barcos que quieran descargar aquí! Entonces, eso quiere decir la solidaridad. Eso es solidaridad, no es globalización. Es una solidaridad humana, una solidaridad con cabeza, no con portafolio.

-El desarrollo industrial en Europa ha sido mucho más acelerado y avanzado que el de acá. ¿Tendríamos que establecer diferencias entre las condiciones de trabajo que existen acá en Latinoamérica y las que puede haber en Europa o en los países desarrollados en general y, por lo tanto, también acerca de un socialismo acá y allá? Aún cuando el capital y las normas económicas están globalizadas, ¿las condiciones y la vida del trabajador es la misma?

Bueno, mire a Brasil, que tiene una evolución industrial terrible. En Bruselas estaba la gran fábrica de Renault, con 5000 obreros; la fábrica era nueva, trabajaron mucho e hicieron muchos carros. Un día Renault dijo: vamos a meterla en Brasil, porque allá los trabajadores ganaban por su jornada laboral 15 euros por horas. Esos son los sueldos en Bélgica, todo también cuesta más. Entonces la han trasladado a Brasil porque allá la gente ganaba 30 céntimos por hora, 1000 bolívares frente 45000 bolívares. Y aquellos 5000 obreros, con una fábrica nuevecita y sus obreros especializados se vendieron, y no era que eran pocos.

Tienen la materia prima para hacer metal, el hierro. Tienen todo; y por eso, poco a poco, va a haber un desplazamiento de la industria europea a todas partes.

Cuando yo llegue aquí, en el setenta, en San Nicolás había una fábrica textilera que elaboraba las cosas más bonitas. Era un textil noble, trabajaban 300 personas y entonces empezaron los capitalistas a meterse en Túnez, Argelia, África del norte. Primero una fábrica. Enviaron algunos obreros para enseñar, le pagaron y los dejaron en sus quintas con piscina. Algunas máquinas, primero se trataba de productos que no eran acabados Poco a poco fueron y vinieron en el avión. Mientras en Bélgica en tal tiempo ganaban 300 francos por hora, esta gente ganó 40 francos por día. Los capitalistas sacan y se quedan con el trabajo, y a la vez explotan a los obreros, a los hombres. La explotación es doble, porque cuando esta gente gana bien, entonces se dice que allá se va a equilibrar y armonizar el trabajo, pero, naturalmente, cuando esta gente gana cuarenta francos por día y en la otra parte 300…

-Ahora bien, si llegara a alcanzar un estado a nivel global de equilibrar los salarios y las clases obreras obtengan sus reivindicaciones, ¿eso sería, digamos, un logro tan significativo de la clase obrera que lo lleve a deslastrase del problema de lo material?

Para mi eso todavía no es revolución. Es algo, es algo justo, pero todavía no es revolución. No es cambiar la sociedad. Todavía entonces vivimos en una sociedad dividida por arriba, en una sociedad capitalista. Es un paso adelante pero no es la sociedad como nosotros la pensamos, una sociedad humanista, como debemos hacerlo. No sé, es un paso adelante, equilibrar esto es un paso adelante.

Por ejemplo, si uno vive aquí no tiene problemas de calefacción. Nosotros debemos tener en la casa calefacción puesta durante 5 meses, ustedes tienen otras cosas. No todos los sueldos deben ser lo mismo, pero ése no es el problema, el problema es que algunos ganan un dineral y otros no ganan casi nada; ésa es la primera lucha contra el capitalismo. Lo más importante es cambiar la sociedad, y los sueldos van a cambiar también. Los capitalistas suelen decir: Ah, sí, ahora le vamos a dar un real más. Pero con esto no está resuelto el problema social. Queremos verdaderamente otra sociedad, no un sueldo un poco mejor o mayor.


Tras su expulsión, surgió del seno de la Iglesia venezolana una fuerte respuesta de curas y párrocos haciendo frente a aquella injusta medida tomada por la jerarquía eclesiástica. Realizaron entonces diversas movilizaciones y protestas en respaldo a la labor humanitaria de Francisco y en favor de una revisión de la práctica misma de la Iglesia. Una de esas protestas; emblemática, fue la realizada por 98 curas frente a la Catedral de Caracas. ¿Dónde quedó la voz crítica y cuestionadora de aquellos curas y párrocos? ¿El pensamiento y la mirada libre que se encuentra también dentro de la expresión religiosa y por la cual abogaba Wuytack? Aún hoy, en medio de las exigencias, de los cambios y transformaciones que vive el país, una protesta como la realizada por aquellos curas nos dejaría estupefactos.



La Noche de la Libertad










EL Reino de Todavía


Más que proporcionar una visión de conjunto, un panorama de las ideas y problemas que expone la revista, éste es el intento de colocar las últimas piedras antes de que finalice el día. Se trata de apuntalar y afilar las opiniones, reflexiones y aportes que aquí en la página han sido tejidos para así fortalecer su armazón. Damos cuenta de los temas tratados, en la medida en que, después de haber realizado un recorrido, tras ese tránsito hay una experiencia que permanece obrando, que busca concluir curando las terrazas, puentes y caminerías construidas antes de entregarse al paso y el deterioro suscitado por el tiempo.

Al hacer esto, nos parece honesto y necesario trazar una pequeña mirada de alcance respecto de las armas, los medios y los instrumentos que han sido puestos en juego.

Hacemos mención entonces, del corto pero provechoso prólogo que Marx escribía a la edición francesa de El Capital (Londres, 18 de marzo de 1872). En él, y quizá un poco bajo el mismo espíritu que nos anima, advertía sobre los inconvenientes que tiene la búsqueda de la verdad: “En la ciencia no hay caminos reales, y sólo tendrán esperanzas de acceder a sus cumbres luminosas aquellos que no teman fatigarse al escalar por senderos escarpados”.

Después de haber escrito esta su obra culminante, luego de treinta años de incesante estudio e investigación filosófica y científica, teniendo en sus manos la crítica más exhaustiva y audaz que haya podido hacerse de las relaciones sociales de producción del orden capitalista, advierte de alguna manera sobre el poder y las posibilidades de las cuales goza la ciencia. Esto es algo aleccionador.

Y, ciertamente, en unos de sus tantos y magníficos discos, en una de sus canciones llamada El reino de todavía, el trovador y poeta cubano Silvio Rodríguez dice: “Nadie sabe qué cosa es el comunismo/ y eso puede ser pasto de la censura./ Nadie sabe qué cosa es el comunismo/ y eso puede ser pasto de la aventura.”

Probablemente Marx esté de acuerdo con Silvio: nadie sabe qué cosa es el comunismo y no es esto algo que deba paralizarnos. Realmente, no podemos hacer del estudio y tratamiento de lo humano una fórmula, ejemplo de un total reduccionismo científico. Y de ello, bien tengamos el ejemplo de Marx, que como ya hemos dicho, con El Capital en las manos, con todos sus hallazgos y descubrimientos, advierte sobre esto a todos.

Es por eso que, cuando los propósitos y derroteros políticos son asaltados por grandes dudas y nos topamos con grandes hoyos en el camino, valientes, con el arrojo de la aventura, debemos saber que cada salto y ganancia que hacemos frente a la compleja realidad, nos pone siempre frente a un basto campo, ante un universo ignorado aún mayor, el cual tendrá que ser explorado poco a poco por nuestra mirada: que ante nosotros algo permanezca desconocido nos lleva cada vez más a descifrarlo: es pasto para la aventura.

El pasto de la ciencia es el pasto de la aventura, el que surcan, desbrozan y cultivan Marx y Silvio, el filósofo y el poeta, la poesía y la ciencia. Y, ante todo, el hombre común que ellos también han sido, aquel que siente y padece. Sabemos también que siempre estarán los que conservadora y temerosamente busquen censurar toda nueva mirada sobrevenida, amparándose en una cuota que de la verdad han podido tomar, del lavado y cambiante rostro de la verdad.

Hombres y engranajes ha sido el tema de preocupación de Ernesto Sábato en uno de sus libros. Éste es el estado de cosas social, tales son las condiciones que persisten en ser el rostro de una humanidad perfectamente delimitada, de celdas cubistas fragmentando el cuerpo humano, con funciones, operaciones y roles perfectamente determinados, organizados y calculados fríamente para perpetuar este orden que se cierne desde el cielo geométrico del universo.

Así que, más allá de las dificultades, preocupaciones y encandilamientos que hoy tocan a la puerta: ¿alguien sabe qué es el socialismo? Y, mejor aún: ¿alguien sabe qué cosa es el comunismo? En esta portentosa e imprescindible búsqueda, debemos recibir con despierto y firme ánimo las incongruencias y desengranjes, la porosidad y los diferentes segmentos que comprende nuestra sociedad, cuyo perfil en su real y concreta materialidad es mestizo: el futuro del mundo está en el mestizaje. Suspender las capacidades imaginativas de la inteligencia y sensibilidad humanas, enriquecidas en este medio humano lleno de diversidad y rapidez sería algo inaceptable y desventurado: hombres y desengranajes, para que el cuerpo de hojalata de la máquina rinda sus partes destartaladas y regadas por el suelo.

En estos tiempos en donde permanecemos atados a un modo de producción capitalista, bajo este modo de producción histórico específico, la conciencia armada de imaginación nos permitirá ampliar nuestro horizonte de acción mas allá del que nos es asignado como parte integrante del engranaje, pero también debe ser vista la imaginación como una facultad imprescindible para la vida en cualquier otro estado social, superado el que tenemos. La conciencia armada y reblandecida día a día por la sensibilidad de la imaginación es la potencia de toda superación humana para siempre… En estos tiempos nos permitirá romper las cadenas y camisas de fuerzas tendidas por doquier, y en el socialismo por-venir tendrá que estar inserto en el trabajo diario, tendrá que ser un “requisito” de vida.

Las mismas cuantificaciones y abstractizaciones que han hecho del hombre un quantum –tan sólo una cifra o magnitud calculable de tiempo- económico no pueden ser llevadas a la praxis política del proceso de cambio bajo una especie de quantum político, que ignora los diversos vínculos que arraigan la vida colectiva y social de los individuos. Verdaderas causas y motivos de lucha que hacen de la lucha política una necesidad de vida. Verdaderas fuentes materiales que hacen de la causa o ideal nacional de liberación una realidad concreta, material y diversa. Intereses mestizos históricamente oprimidos y soslayados que hoy deben alcanzar expresión cada vez más en los ideales de la lucha y en la conciencia política. En este punto del proceso, en donde la revolución no ha quebrantado aún las estructuras y relaciones sociales de producción del poder capitalista, y puesto que esto no podrá advenir bajo el influjo de las condiciones del desarrollo y necesidad históricas, el cambio se suscitaría por una decisión y transformación política. Aquí es donde estamos y por ello la preocupación. El esfuerzo y la tarea de acrecentar, despertar y movilizar una gran fuerza humana que impulse y forje el cambio no puede ser realizada bajo el mismo supuesto y lógica de un quantum económico llevado a lo político: como quantum político.

No es esto un quantum de la palabra y del espíritu, una gelatina del pensar. Hay actividades de la vida humana que escapan al quantum, a la cuantificación, al cálculo. La escritura y el pensar tienen por finalidad escapar necesariamente de la cuantificación. Y ellas deben recobrar y reanimar, para la edificación humana la libertad: invadir y ramificarse en el alma y cuerpo humano como posibilidades multiplicadoras de sentidos nuevos para los hombres y mujeres. Esto es la razón imaginativa, o la imaginación de la razón dando cuenta sensiblemente de la experiencia social. Es un giro importante, que este poder se reanime sobreponiéndose al cansancio y la extenuación que va cavando día a día la tumba de los seres humanos.

Algo se nos escapa y vamos quedando adormecidos en un mal sueño. Se va perdiendo y empobreciendo el juego con el mundo que significa la vida. Tantas cosas que nos rodean y que conforman nuestra existencia. Vamos quedando mudos y ciegos, nuestra sensibilidad va siendo aniquilada y el espectáculo en movimiento de lo que nos rodea no nos dice ya nada. El pensamiento es un habla con el mundo, quien ha dicho que no podemos hablar con los perros o con los árboles de la calle y escucharlos. El pensamiento es un oído y un gran tímpano con el que podemos escuchar la voz de los árboles y de los perros, de los pájaros, y, por supuesto, también la voz y las ideas de nuestros semejantes, para presenciar y revivir sentidos perdidos de las cosas.

¡Que entonces esta facultad y capacidad de pensamiento vaya recorriendo y ramificándose por el tejido social, como nueva clorofila hasta llegar a sus raíces! ¡Que la vida de los niños y niñas, y las actividades que ocupan a los hombres y mujeres la mayor parte de su tiempo sean realizadas bajo el influjo de esta clorofila! ¡Que no sea ya más quantum calculable!

Actividad incalculable, puesto que día a día reinventa su obrar como lo hacía el artesano en la fabricación de sus obras: un juego de todas sus facultades con el devenir y materialidad del mundo.